Hace unas semanas estrenaba su blog Jose Carlos Diez, siendo este artículo, titulado ¿Cuándo se formó la burbuja inmobiliaria en España?, uno de los primeros artículos que colgaba. Vaya por delante que le considero un gran economista, soy lector habitual de sus artículos y ahora también de su blog; pero disiento de muchas de sus conclusiones y considero que al menos en este caso, su punto de vista es muy sesgado. Precisamente su lectura me motivó en gran medida a retomar este proyecto que arranqué hace unos meses, pero que enseguida dejé en punto muerto. Ahora, al calor de las vacaciones, retomo este blog analizando precisamente el tema al que hace mención el título del post, en el que coincido tanto como discrepo… Me explico.
Diez me dijo una vez en twitter que la discrepancia es normal y buena siempre desde el respeto. Personalmente pienso exactamente igual y creo además que el debate y la discrepancia en economía son más que buenos: son necesarios, pero sobre todo son inevitables. La economía no es una ciencia exacta y la interpretación de los datos es siempre muy subjetiva. Por eso, al hacer un análisis económico como el que él hace, aparecen al menos dos fases: la observación o recogida de datos y el diágnostico o conclusión. Es indudable que Diez posee una grandísima experiencia y conocimiento de la economía española, que en este caso utiliza para explicarnos o resumir lo que ha ocurrido en España, fijando su atención en la evolución de los precios de la vivienda, en relación con la evolución de la renta familiar española. Sin embargo, no es el análisis económico sinó la conclusión política lo que falla.
Así, el análisis de Diez se basa en la evolución de la relación entre el precio medio de la vivienda en España y la renta bruta de cada hogar, presentándonos un gráfico que refleja un crecimiento muy elevado de dicha relación a partir aproximadamente de 1999. Ciertamente, su gráfico, que a continuación reproduzco, es muy llamativo y presenta un impactante y aún más «repentino» crecimiento a partir de 1999-2001, que se traduce en un que una familia en 2006 debía destinar casi el doble de renta para poder comprar una vivienda, comparado con los años anteriores a 2001 (a partir de 2007 esta relación empieza a corregirse, como todos sabemos, por la crisis y el estallido de la burbuja inmobiliaria).
El gráfico anterior es una excelente muestra del momento, entre 1999 y 2001, en que ciertamente se produce el despegue de los precios reales de la vivienda. Ese momento supone un cambio importantísimo que anticipa la crisis española y la gran burbuja inmobiliaria que hemos visto formarse primero, para estallar en nuestro país a partir de finales de 2006. El problema de este análisis es que el autor, en lugar de hacer un análisis amplio y riguroso, se pone rápidamente una venda en los ojos para explicar lo que ha pasado únicamente desde el punto de vista político. Es probable que tenga razón en gran parte de lo que dice, pero desde luego es un análisis muy sesgado (casi tendencioso), que se niega a tener en cuenta que hay muchísimas variables y muchísimos factores que explican bastante mejor lo que ha ocurrido. Yo prefiero dejar aparte cuestiones políticas ya que para mí, sin ninguna duda, el factor más importante han sido unos tipos de interés que se han reducido drásticamente, demasiado, hasta alcanzar el nivel más bajo de la historia. Precisamente esos tipos de interés, que Diez no tiene en cuenta, o al menos se olvida de mencionar en su análisis, habían caído en picado hasta alcanzar niveles extraordinariamente bajos en 1999, justo antes de que se produciese la escalada que él observa, como demuestra este otro gráfico. Fíjense en la evolución de la línea roja del Míbor (referencia más utilizada de los tipos de interés en ese momento), hasta su desaparición dejando paso al Euribor, ya en verde, tras su creación a partir de finales de 1998; tocando suelo aproximadamente en ese momento, ya por debajo del 5 %.
Superponiendo ambos gráficos podríamos observar claramente la coincidencia del momento en que los tipos de interés tocaron suelo, alcanzando ese nivel extraordinaria y artificialmente bajo; y el momento en que se inicia la escalada de los precios de las viviendas. Los tipos de interés extremadamente bajos fueron sin lugar a dudas una de las causas fundamentales de la crisis, si bien son ahora la única vía para salir de ella dado el feroz endeudamiento acumulado. Pero fueron muchos los factores que han tenido más o menos impacto en el desarrollo de nuestra crisis. Para todo aquel que quiera profundizar en este tema y en los principales factores que nos han afectado recomiendo el siguiente documental, que a mi juicio contiene un análisis mucho más riguroso y extenso sobre las causas de la burbuja inmobiliaria y de la crisis en España.
Money InBest 
no soy un entendido en la materia, pero opinando un poco, pienso que si los tipos de interés hubieran bajado menos, hubiera habido menos alegría inmobiliaria y el estallido de la burbuja hubiera sido menos grave
Publicado por Cobi-set | 21/08/2014, 16:43Algo es algo, pero siempre termina Vd.pringado con lo mismo: estuvísteis casi ocho años en el gobierno. Da igual si había un incendio, una inundación o un alud de nieve. Ni lo visteis, ni lo arreglásteis, ni en ocho años ni en ochocientos. Y precisamente por eso os saltáis, y te saltas, siempre los casi ocho años de gobierno de ZP.
La culpa fue de otro, pero tanto tú como Zapatero, Solbes, Salgado y no sé cuántos más estáis todo el día con vuestras memorias diciendo que «yo no sabía nada», «yo ya avisé», o «yo no me he llevado nada».
Ocho años son muchos años para engañar ya a nadie. Mi consejo es una operación facial, un cambio de nombre y dedicaros a otra actividad donde tengáis al público virgen.
Otra posibilidad es marcharos de España como hizo Bañuelos, que eligió Brasil. Pero creo que ahí ya están de vuelta. Yo que vosotros me iba a Bolivia, Cuba o Venezuela. Y a triunfar de nuevo…
Publicado por Richard | 28/08/2014, 20:31El problema de Jose Carlos Diez es que se deja llevar tanto por su ideología política que pierde demasiado pronto la objetividad. Y en cuanto a su comentario… sin entrar a valorar a uno u otro gobierno o ideología, es una lástima, por no llamarlo delito, que la mayoría de políticos no se preocupen del impacto futuros de sus decisiones y solo piensen en la portada del periódico de mañana. Las decisiones que parecen buenas a corto plazo suelen ser catastróficas en el medio y largo plazo.
Publicado por MoneyInBest | 28/08/2014, 20:43